martes, 13 de agosto de 2013

el control del mar

El control del mar desempeñó un papel fundamental en la Tercera Cruzada al permitir el traslado de efectivos y provisiones a Tierra Santa. Además, fue decisivo en la conquista de Acre en julio de 1191, y permitió a Ricardo I reconquistar parte de la costa de Palestina.
Los árabes construyeron barcos de guerra al darse cuenta de lo necesarios que eran para conquistar el Mediterráneo. Se valieron de constructores autóctonos para construir y tripular los barcos que permitieron expulsar a los bizantinos de Egipto en el año 654, y para atacar Chipre, Creta, Podas y Sicilia. En el siglo VII, el gobernador del norte de África fundó unas atarazanas en Túnez, en las que se construyeron más de cien embarcaciones. Hacia el año 840, una flota tripulada por musulmanes del norte de África y la península Ibérica arrebató gran parte de Sicilia a los bizantinos. En el año 904, una flota árabe saqueó Salónica y durante el Siglo X los musulmanes fueron dueños y señores del Mediterráneo. Aunque sus barcos de guerra eran grandes, pesados y lentos, también eran estables y permitían navegar durante todo el año, a diferencia de los de los cristianos, que no se hacían a la mar en invierno. La mayoría de los barcos musulmanes servían a fines comerciales cuando no tenían que combatir, y se alquilaban libremente.

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